lunes, 9 de enero de 2012

Innovación. ¿Huevos blancos o morenos?

Hace ya bastantes años, en uno de esos juegos que se hacen en algún curso de management, nos pusieron delante una bandeja con 36 huevos, de los cuales la gran mayoría eran blancos, y tan solo dos eran morenos. Rápidamente, la atención de cuantos participábamos en el grupo, se fue hacia esos huevos que eran distintos al resto. Es mas, si probablemente el juego bebiese consistido en coger algún huevo para freírlo, seguro que los primeros en coger eran aquellos que diferenciaban del resto.

Evidentemente el juego pretendía ser una forma diferente de introducir el tema a abordar en aquella sesión, que era la diferenciación.

En estos tiempos de crisis todos utilizamos términos como innovación, diferenciación, internacionalización, etc., pero realmente¿ ponemos en valor dichos términos?

Si volvemos al ejemplo de los huevos, y establecemos la similitud de que cada huevo fuese una empresa y/o producto, el gran público se fijó rápidamente en aquellos que eran morenos, despreciando instintivamente los blancos. Es decir, les atrajo las empresas que desprendían un elemento diferencial frente al resto, y que por tanto las hacia diferentes y exclusivas.

Estoy seguro que entre el resto de huevos, o empresas, muchas habrían innovado. Habrían dotado a sus huevos blancos de cáscaras más duras, yemas más compactas y duraderas, y un largo etc. de mejoras sobre el resto de los huevos blancos. Pero el resultado, es que nuestra mente pasó de ellos, no los percibió como algo diferencial. Y surge la pregunta. ¿Fue inútil la innovación en el caso de los huevos blancos?, ¿hubiera sido mejor “exportar” a otras cajas esos huevos blancos?,¿ la solución es siempre estar en el grupo de los diferenciados?.

Me gustaría a los largo de estas líneas, ir contestando a estas preguntas, ya que en el fondo, son aquellas que los empresarios de nuestro país se realizan casi a diario.

En estos tiempos de crisis, estamos cansado de oír que hay que innovar en todas las áreas de la empresa, que debemos de invertir mas en i+d+i, etc., pero en muchas ocasiones se nos olvida que innovar por innovar, carece de cualquier sentido desde el punto de vista empresarial. Solo es útil aquella innovación que se percibe como una diferencia competitiva. Por tanto, en esta faceta de la innovación, es en la única que en un momento de recursos limitados, tiene sentido aplicar esfuerzos y recursos. Pero la expresión de diferencia competitiva, está cargada de incógnitas, e intento poner un ejemplo. Supongamos, que nuestros directivos deciden que hacer un huevo cuadrado, marcaría la diferencia. Permitiría apilar mas, reducir en su envase, y por tanto trasladar la mejora de costes al mercado, ofreciendo un producto más competitivo, y aportando diferencias competitivas. En teoría la idea genial. Es evidente que puestos en la caja de huevos, los cuadrados llamaría nuestra atención. Si además, resultasen más baratos, en un momento de crisis donde en ocasiones el factor precio puede ser determinante, deberíamos de tener éxito en ventas. Pero la llamarían más o menos que los morenos? Vamos a suponer que más. Pero, como percibiría el cliente esa diferencia?. ¿Estaríamos dispuestos a utilizar los huevos cuadrados?. Es aquí donde está la esencia de la innovación. Esta bien innovar, pero hemos de ser capaces de predecir el comportamiento de los consumidores ante esa innovación, y facilitar atractivos para romper la barrera de entrada a nuestro producto. En definitiva, asegurar que la innovación va a ser realmente una ventaja y no solo una diferencia. Y a su vez, que esa ventaja, va a ser bien percibida por el usuario como algo que mejora el beneficio que el producto en genérico (en este caso los huevos) le aporta. A partir de aquí, y bajo mi parecer, la innovación en si misma no es una solución en tiempo de crisis. Son los mercados, y los consumidores lo que nos marcan aquellos aspectos que serán valorados como beneficiosos en la innovación de nuestros productos, o dicho de otra forma, para que la innovación nos aporte valor en tiempos de crisis, debemos de conocer muy bien las necesidades de nuestros clientes actuales y potenciales, preveer el impacto de dichas actuaciones sobre nuestros resultados, y a partir de ahí, tomar la decisión de invertir en esa innovación, comunicarla y ponerla en valor en nuestro mercado.

Por todo ello, mi consejo sería que ante cualquier proceso de innovación en cualquier área de nuestra organización, contemos con un equipo cualificado de expertos, que nos permita no solo evaluar la innovación en si misma, sino la previsible respuesta del publico objetivo de dicha información, y cuantificarla en términos económicos a efectos de establecer el roi real de dicho proceso de innovación.

También, podríamos haber decidido exportar nuestros huevos blancos a países donde todos los huevos fueran morenos, pero ¿esto nos funcionaría?. Dejo la pregunta abierta para su discusión, y abordarla en un próximo artículo.

2 comentarios:

Barock dijo...

Excelente artículo, estoy 100% de acuerdo contigo. Innovar por innovar puede significar un ejercicio inútil y un consumo de los pocos recursos qque tenemos las empresas.
Innovar con cabeza y que esta innovación pueda ser percibida es la clave de la diferenciación.

Arqxàbia dijo...

Una cuestión de huevos resuelta de forma elegante. Parece que el "indio" hizo un buen trabajo. Enhorabuena por el artículo y el blog. Nos vemos